Servicios de salud mental en Florida


Cuando hay problemas maritales, tendencias a la depresión, un hijo actuando raro, sobrecarga de stress, una situación de abuso sexual, violencia en la casa, problemas psiquiátricos leves o severos, o simplemente una sensación de que las cosas no andan bien emocionalmente, hay allí un timbrazo de alerta de que es preciso buscar ayuda.

Las soluciones y mano amiga para recibir rescate de estas circunstancias pueden ser desde una terapia de grupo con consejeros, sesiones con psicólogos, asistir a citas con un psiquiatra, para obtener medicación adecuada, hasta internarse en un centro para estabilizar una situación de emergencia o desintoxicarse por abuso de alcohol o drogas.

En el sur de Florida estos servicios están disponibles en varios niveles. Quien quiera encontrar soluciones y atención debe despejar la ruta que más le convenga de acuerdo a su situación particular. El Paracaidista metió la lupa por los senderos disponibles en el sistema de salud público, agencias federales de asistencia, entidades privadas sin fines de lucro, clínicas y centros comunitarios, oferta privada accesible y opciones en clínicas universitarias. Se desenmarañó así una miríada de servicios muchas veces inconexos, con limitaciones, pero en muchos casos efectivos, tremendamente profesionales y de ayuda sincera. Porque la salud mental es la base del bienestar físico y general. Si las cosas no están bien en la cabeza, sus efectos se reflejarán en la vida cotidiana y sanidad corporal.

Si la persona tiene un seguro médico o plan de medicina pre-paga, en la mayoría de los casos estos sistemas le darán acceso a servicios psicológicos y psiquiátricos con respectivos co-pagos. Pero también se enfrentará con restricciones en cuanto a la cantidad de sesiones a las que podrá tener acceso. Casi ningún seguro de salud cubre con amplitud problemas derivados del consumo de alcohol y drogas.

Las citas particulares con psicólogos oscilan entre los $90 y $150 por hora o sesión. Con psiquiatras pueden elevarse aún más. Alguien acostumbrado a ver su psicólogo o terapeuta semanalmente de manera particular en América Latina se encontrará con la necesidad de sacar del bolsillo sumas fuertes cada mes si quiere repetir la experiencia en Estados Unidos. Si la necesidad es de tinte psiquiátrico, encima tendrá que abonar los altos costos de medicamentos.

Quien sea beneficiario de Medicaid o Medicare podrá optar a ciertos servicios. Aquél que no tenga ninguna cobertura vislumbrará, sin embargo, varias salidas. Unas más lentas que otras. A veces hay que esperar hasta seis meses para lograr una cita que conlleve al tratamiento, mientras ciertos servicios son provistos en menos de 24 horas.

«Las más ágiles son las organizaciones que están más cerca de la gente a nivel comunitario, aunque sea solamente para información. Siempre exhorto a la gente a que busque las organizaciones que haya en sus vecindarios o comunidad, en las escuelas, iglesias o templos, agencias o clínicas comunitarias. Creo que éste es el primer paso. Todos deben saber que, independientemente de que sean legales o ilegales que tengan dinero o no, tienen derecho a acudir a la sala de emergencia», dice María Rodríguez, ex-Directora de Organización de Servicios Comunitarios de Human Services Coalition of Dade-County, entidad dedicada a informar a la comunidad, ayudar a la gente a aprovechar los beneficios públicos y recoger testimonios de personas sobre su interacción con estos servicios, para que contribuyan en la tarea de abogar por la mejora de esos programas a nivel condal, estatal y nacional.

Específicamente, quienes por razones de desequilibrio psicológico o psiquiátrico estén en un estado que pueda poner en peligro su vida o la de otros tienen derecho por ley a ser admitidos en una sala de emergencia para estabilizarles, sin que se les exija pagar de antemano o presentar prueba de cobertura de seguro. Luego, de acuerdo a cada caso, el hospital pasará sus honorarios y la persona podrá pagar como pueda. Dependiendo de cada centro médico, es posible que se les condone la deuda si son elegibles para programas de fondos de protección de emergencia. En la mayoría de los casos las personas serán referidas después a programas de salud mental de acuerdo a su nivel económico.

«La gente que piense que puede hacerse daño a sí misma o que puede lastimar a los hijos, a su pareja, a su familia o a un extraño puede y debe acudir a la sala de emergencia. Pero se sabe que allí se debe esperar mucho para ser atendida. Por eso están las líneas de crisis que pueden ayudar mucho mejor y más fácilmente. Aunque la mayoría no tiene ese tipo de crisis. La mayor cantidad de gente está sola, deprimida, tiene ansiedad, necesita algún tipo de terapia o medicamentos. Mucha gente no reconoce ni estima el valor del problema ni el valor de la solución», alerta María Rodríguez quien cree que es muy importante buscar ayuda.

Las clínicas comunitarias que su mayoría trabajan con seguros de salud, pero que atienden a pacientes sin seguro con escalas de tarifas por servicios acordes con sus ingresos, tienen generalmente atención psicológica y psiquiátrica. Por esto vale la pena preguntar sobre sus servicios cuando se requiera apoyo en ese campo.

La manera de acceder a servicios de salud mental e identificar dónde está parada la persona para que escoja los que más pueden beneficiarle, según su caso, es justamente el objeto de este reportaje. No todas las organizaciones contactadas respondieron al pedido de información, ni se pudieron abordar todas las opciones por su gran número, pero el resultado es felizmente una guía concentrada para encontrar ayuda certera.

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