Propuesta migratoria Bush: pros y contras


Desde hace largos años la legislación inmigratoria de Estados Unidos requiere reformas para ofrecer un sistema más justo tanto a las familias de inmigrantes como a los empleadores estadouniden-ses urgidos de mano de obra extranjera calificada que no pueden conseguir en este país. Y muchos rumores van y vienen a gran velocidad por todo Estados Unidos desde que el presidente George W. Bush anunciara el 7 de enero de 2004 una pro-puesta de reforma migratoria que básicamente se trata de un programa de trabajadores temporales. Al cierre de esta edición todavía no había certeza sobre los detalles del plan. Es una iniciativa de la Casa Blanca, del propio Presidente, que debe redactarse y presentarse al Congreso como proyecto de ley para su análisis, votación y posible aprobación.

Hasta ahora sólo es una propuesta sometida a revisión, discusión y análisis para que se elabore sobre ésta el cuerpo de un proyecto de ley que debe seguir los pasos protocolares normales para entrar a la Cámara de Representantes y al Senado, que allí se discuta, se enmiende, reforme, se anexe a otro proyecto de ley ya introducido o se deje intacta y finalmente se apruebe conjuntamente para que, entonces, pueda el Presidente firmarla y así se convierta en nueva ley.

Es una oportunidad valiosa, porque la petición sale de la boca del primer mandatario para ubicarse en el centro de atención. Un tiempo ideal para hacer una verdadera reforma que acabe con la injusticia del actual sistema migratorio y favorezca tanto a empresas estadounidenses como a los trabajadores inmigrantes extranjeros y sus familias. Un momento clave para revisar los proyectos de ley introducidos en el Congreso con posturas precisas en torno a cómo resolver las problemática de indocumentados, separación injustificada de familias inmigrantes y fuerza de trabajo requerida en el país (como el Proyecto de Ley de Reforma de la Inmigración de 2004 -siglas S. 2010 – introducido el pasado 21 de enero 2004 por los senadores Chuck Hagel, republicano por Nebraska, y Tom Daschle, demócrata por South Dakota). Pero también una posible jugada política en los cercanos tiempos de elecciones. Lo importante es aprovechar la ola positiva que pueda traer para todos los sectores involucrados.

¿Una verdadera reforma?
A principios de enero de 2004, el National Immigration Forum (NIF- Foro Nacional de Inmigración), organización con sede en Washignton, D.C. que aboga por un sistema migratorio justo, hizo un interesante análisis de lo que la propuesta Bush representa y resaltó varios puntos que preocupan a distintos sectores de la vida nacional en torno al sistema inmigratorio actual y su posible reforma:

1- ¿Incluye la propuesta un componente de legalización generosa para trabajadores inmigrantes que laboran duramente y que se encuentran actualmente en EEUU?

2- ¿Contiene provisiones de unificación familiar?

3- ¿Posee el programa de trabajadores temporales protecciones significativas tanto para los trabajadores inmigrantes como para los nacidos en Estados Unidos?

4- ¿Incluye la propuesta un camino hacia la ciudadanía para los trabajadores extranjeros actualmente en Estados Unidos y para los que se contraten en el futuro?

5- ¿Incluye la propuesta medidas sensibles para el cumplimiento de la ley en lugar de medidas de mano dura inefectivas?

6- Sobre propuestas de leyes ya introducidas en el Congreso y pendientes de discusión y aprobación: ¿Apoya el Presidente medidas tales como las de «AgJobs» (trabajos agrícolas) y la ley «DREAM Act» (para dar oportunidad de estudios superiores a adolescentes ilegales) como primeros pasos hacia una reforma migratoria comprensiva?

7- ¿Está dispuesto el Presidente a trabajar en una estructura bipartidista para decretar una reforma migratoria equilibrada y comprensiva que premie el trabajo, reúna a las familias, respete los derechos, renueve la ciudadanía y restaure las reglas de la ley?

Dentro de las palabras introductorias al plan de reforma migratoria, el presidente George W. Bush dijo: «Como una nación que valora la inmigración, y depende de la inmigración, deberíamos tener leyes que funcionen y nos hagan sentir orgullosos. Pero hoy no las tenemos. En cambio, vemos muchos empleadores tornándose hacia el mercado de trabajo ilegal. Vemos millones de hombres y mujeres que trabajan duro condenados al miedo y a la inseguridad en una economía masiva de indocumentados. La entrada ilegal a través de nuestras fronteras hace más difícil nuestra tarea urgente de mantener seguro nuestro territorio. El sistema no está funcionando. Nuestra nación necesita un sistema migratorio que sirva a la economía de Estados Unidos y refleje el sueño americano«.

El punto central de su propuesta es proveer a empresas estadounidenses trabajadores extranjeros que llenen las posiciones que los estadounidenses no quieren tomar o para las cuales no hay mano de obra estadounidense disponible.

El plan Bush
Lo que ofrece la propuesta Bush tal como el Presidente la anunció se resume a continuación:

1- Un programa de trabajador temporal que emparentará a trabajadores extranjeros que deseen trabajar en Estados Unidos con empleadores de este país que deseen emplearlos, cuando no se puedan encontrar trabajadores estadounidenses para llenar esos puestos de trabajoEl programa ofrecerá estatus legal, como trabajadores temporales, a millones de hombres y mujeres indocumentados actualmente empleados en Estados Unidos y a aquellos en países extranjeros que busquen participar en el programa y tengan ofertas de empleo en Estados Unidos. «Este nuevo sistema debe ser claro y eficiente, para que los empleadores puedan encontrar trabajadores rápida y simplemente», declaró Bush.

Los participantes en el programa deben tener un trabajo o, si no están viviendo en Estados Unidos, una oferta de trabajo.
El estatus legal a otorgarse será de tres años y será renovable, pero tendrá un fin (no se ha especificado cuánto). Los participantes que no permanezcan empleados, que no sigan las reglas del programa o que infrinjan la ley no serán elegibles para continuar participando y les será requerido que vuelvan a sus países de origen.

2- Los empleadores que extiendan las ofertas de trabajo deben primero hacer un esfuerzo razonable para encontrar a trabajadores estadounidenses. El gobierno desarrollará un sistema sencillo y rápido para que los patronos busquen a trabajadores estadounidenses. Los empleadores no deben emplear a extranjeros ilegales o trabajadores temporales cuyo estatus haya expirado. Deben reportar al gobierno a los trabajadores temporales que contraten y a aquellos que dejen su empleo para poder llevar registro de la gente en el programa y hacer que se cumplan les leyes de inmigración. Habrá multas muy duras para los empleadores que incumplan estas leyes.

3- Los trabajadores indocumentados actualmente en Estados Unidos les será requerido pagar una suma una vez para registrarse en el programa de trabajador temporal (no se ha dicho cuánto). Todos los participantes recibirán una tarjeta de trabajador temporal que les permitirá viajar a su país natal y regresar a Estados Unidos sin temor de que se les niegue la entrada a este país.

4- Este programa espera que los trabajadores temporales regresen a sus países después que expire su período de trabajo. Habrá incentivos financieros para que lo hagan. Bush aseguró que trabajaría con los diferentes países para que les diera crédito a sus nacionales cuando entren a los planes de retiro de sus naciones por el trabajo hecho en Estados Unidos. También propone facilitar la contribución de las ganancias de los extranjeros a cuentas de ahorro con impuestos especiales o preferidos para que reúnan dinero que puedan llevarse cuando retornen a sus países.

5- Los trabajadores bajo este programa no podrán acceder a la residencia permanente ni a la ciudadanía. Para obtener la residencia tendrán que hacerlo por la vía «normal», es decir por petición familiar o basada en empleo bajo el actual sistema. «Estados Unidos es un país que da la bienvenida, pero la ciudadanía no debe ser una recompensa inmediata por violar las leyes de Estados Unidos», enfatizó el Presidente.»No debemos dar ventajas injustas a inmigrantes ilegales en el proceso de ciudadanía o desaventajar a aquellos que vinieron aquí legalmente, o esperan hacerlo. (…) Las nuevas leyes deben proveer incentivos a los trabajadores extranjeros temporales para que regresen permanentemente a sus países nativos una vez que haya expirado su período de trabajo en Estados Unidos».

6- Como la actual fila para obtener la ciudadanía en muy larga y los límites para recibir inmigrantes legales son muy bajos, el Presidente dijo que trabajaría con el Congreso para aumentar el número anual de green cards que conlleven a la ciudadanía.

7- Se elevarán los estándares del proceso de naturalización y se exigirá a los aspirantes mayores conocimientos no sólo de la historia de Estados Unidos sino de sus ideales como nación. Se hará una revisión del examen de ciudadanía para evaluar el estándar de conocimiento que debe tener.

8- Se dará el derecho a los trabajadores temporales bajo el programa a cambiar de trabajo, ser protegidos por las leyes laborales y ganar salarios justos, además de disfrutar las mismas condiciones de trabajo de los estadounidenses.

Sobre los salarios a pagarse a trabajadores extranjeros, algunos críticos dicen que se da vía libre a los empleadores estadounidenses para que remuneren lo que decidan siempre que no sean montos menores al salario mínimo establecido por la ley y no el salario promedio que se paga según el tipo de cargo e industria donde vaya a desempeñarse el extranjero, como sí lo exige la actual legislación migratoria.

Críticas y sugerencias

Dentro del amplísimo espectro de reacciones, opiniones y respuestas a la «iniciativa» del Presidente (es un tema que lleva años siendo propuesto por distintas organizaciones, senadores y congresitas sin que se le pusiera la atención adecuada), El Paracaidista ha escogido la postura del Foro Nacional de Inmigración (NIF) por ser una de las más coherentes y que mejor ilustran los puntos que se piden sean mejorados o modificados en la propuesta de la Casa Blanca, para que la reforma sea realmente significativa y positiva. Se presenta aquí una síntesis:

Rotación y ciudadanía
El plan presidencial promueve la «circulación» o rotación de inmigrantes para que trabajen por cierto número de meses o años y luego regresen a su tierra natal. Pero no provee un camino claro a la residencia permanente ni a la ciudadanía para los inmigrantes que actualmente se encuentran en Estados Unidos, ni para aquellos que sean admitidos en el futuro.

«Para que una reforma comprensiva funcione tanto la rotación como el reasentamiento son componentes necesarios», dice el NIF.

Esto recompensaría a trabajadores inmigrantes que laboran fuertemente, reconocería la igualdad con aquellos inmigrantes que ya están aquí, que se quieren establecer aquí y que ya tienen a un empleador. También reforzaría la voluntad de seguir un camino legal a los inmigrantes que deseen establecerse en Estados Unidos, en lugar de irse por un sendero a la sombra de la ilegalidad. Igualmente correspondería las necesidades de trabajadores extranjeros que no son temporales según apuntan los marcadores del mercado laboral, especialmente en las industrias que requieren mano de obra no calificada o de bajo nivel de entrenamiento para la cual no hay trabajadores estadounidenses o inmigrantes residentes disponibles. El camino de estatus de trabajador temporal al de residente permanente debe lograrse si el extranjero satisface ciertos requerimientos de tiempo en el país, su récord de trabajo, pago de impuestos, compromiso de aprender inglés y la cívica estadounidense.

Acceso a empleadores y protecciones laborales
La reforma debe reconciliar las necesidades legítimas de los empleadores en búsqueda de una fuerza de trabajo estable con las necesidades legítimas de trabajadores estadounidenses e inmigrantes a tener trabajos seguros con salarios equitativos y condiciones de trabajo decentes. «Para lograr esto, el plan del Presidente debe ser más enfocado, específico y equilibrado», detalla el NIF.

Esta entidad insiste en que un programa de visas de trabajo debe contemplar trabajos específicos y sectores del mercado laboral en los cuales haya probada escasez de mano de obra. Estas visas deberían reemplazar el actual flujo de mano de obra ilegal en el mercado de trabajo por un flujo de trabajores legales. La clave para que funcione es que empareje eficientemente a trabajadores extranjeros que deseen venir a Estados Unidos con empleadores estadounidenses que legítimamente los requieran.

Protección de salarios, transferencia
de visas y camino a residencia

Otro punto importante es exigir que los empleadores paguen a los extranjeros los mismos salarios que ofrecerían a trabajadores estadounidenses y las mismas condiciones de trabajo, para que los estadounidenses no se vean afectados por la llegada de trabajadores extranjeros. «De hecho», propone el NIF, «el programa de trabajador temporal debe establecerse de manera tal que sea más caro para los empleadores traer fuerza laboral de fuera con visas de trabajo temporal que contratar a trabajadores estadounidenses, de modo que el incentivo sea contratar a estadounidenses primero».

Las visas de trabajo temporal deben poder transferirse de un empleador a otro para mejorar así las relaciones entre trabajador y patrono. Si el empleado foráneo se encuentra ligado únicamente a un empleador tendrá menos chance de negociar salarios justos y condiciones de trabajo sanas. Asimismo se debe procurar un camino a la residencia permanente para los trabajadores que elijan a Estados Unidos como su hogar permanente para que mantengan un estatus legal mientras se encaminan a la ciudadanía. Un mecanismo efectivo y ágil basado en quejas de incumplimiento es necesario para que se respeten las reglas.

Visas de trabajo y familia
«Una reforma comprensiva de inmigración debe armonizar la política pública con los factores que empujan la inmigración: oportunidad económica y unidad familiar. Un camino bien diseñado hacia el estatus legal para los trabajadores aquí y los trabajadores que estarán viniendo en el futuro toma en cuenta esto. Desafortunadamente el plan de Bush deja fuera enteramente este crítico componente. Actualmente toma muchos años, y muchas veces más de una década, para que los ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales se puedan reunir con sus familiares bajo la actual ley de inmigración de Estados Unidos. Por ejemplo, una madre ciudadana estadounidense que quiera patrocinar a su hijo soltero tendrá que esperar cerca de cuatro años para que se una a ella en Estados Unidos. Si el hijo es un ciudadano de México, la espera es de más de nueve años. Si el hijo es un ciudadano de Filipinas, la madre tendrá que esperar más de 13 años. Enfrentados por esta larga separación de sus familiares estadounidenses o residentes permanetes, algunas personas se quedan más allá del tiempo de sus visas de cortos períodos o incluso se arriesgan a ser contrabandeados a Estados Unidos para estar con sus familias. Un canal legal más amplio para la reunificación de las familias premiará a aquellos que esperan en fila, clarificará los retrasos y reducirá este perverso incentivo para la inmigración ilegal», propone.

Límites realistas y un cumplimiento efectivo
«Para hacer cumplir las leyes de inmigración las tenemos que hacer cumplibles. Al legalizar a aquellos que están aquí y al legalizar el flujo futuro nuestra nación irá más allá de restaurar la regla de la ley. Sin embargo, canales más amplios de legalidad deben ser aumentados con un cumplimiento más efectivo. El plan de Bush es vago en este tópico.

Recomendamos una estrategia de tres partes: a) Un régimen de «fronteras inteligentes» que revise a aquellos que entran eficientemente, que patrulle las fronteras con profesionalismo y responsabilidad y acabe con los traficantes de humanos (sumándose al progreso de la administración Bush en este frente); b) Acuerdos conjuntos con los países que envían estos inmigrantes para acabar con los traficantes y desestimular la inmigración ilegal; y c) Multas dirigidas a empleadores inescrupulosos que explotan a los trabajadores y socavan a sus competidores que sí cumplen con la ley».

En resumen, se señala que el principal problema de la propuesta de Bush es que separa al país de lo que lo ha hecho un éxito como nación de inmigrantes: «(…) nuestra habilidad de integrar nuevos inmigrantes exitosamente a las comunidades estadounidenses y en la sociedad en general. Si no hay camino hacia la ciudadanía para aquellos que se deseen quedar, nos movemos hacia una dirección en la cual tendremos una clase de trabajadores sin posibilidades de volverse estadounidenses. Para quienes desean quedarse, nuestro gobierno debería premiar su trabajo, reconocer sus contribuciones y estimularlos para que aprendan inglés, se vuelvan ciudadanos y participen en la vida cívica de sus comunidades».

Las cifras
Según un reciente estudio del Urban Institute Immigration Studies Program, una organización no partidista de investigación económica y social ubicada en Washington (DC), hay unos 9.3 millones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, de los cuales unos 5.3 millones son de origen mexicano y 2.2 millones provienen de otros países de América Latina. El 10 por ciento del total corresponde a asiáticos, cinco por ciento de Europa y Canadá y 5 por ciento del resto del mundo. De éstos, dice el instituto, hay unos seis millones trabajando.

Trabajo del Congreso
Al momento no hay detalles claros sobre las partes más técnicas que abrigaría la propuesta de ley. Por ejemplo, cuando el trabajador temporal temine su período de trabajo y tenga que regresar a su país, ¿podrá luego volver a Estados Unidos y bajo qué estatus?

Tampoco se sabe si el programa será útil para familiares indocumentados de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes que están en las largas filas de petición familiar porque no hay claridad todavía si desde ese programa de trabajador temporal se puede cambiar a otro estatus. En fin, son muchas las interrogantes que deberán ser respondidas por los congresistas encargados de darle cuerpo técnico a esta propuesta para que pueda convertirse en ley, una vez se haya sometido a votación, sea aprobada y firmada por el Presidente.

Según las fuentes consultadas, una legislación como ésta podría llegar a aprobarse con suerte este año 2004 si tanto demócratas como republicanos en el Congreso ejercitan la voluntad de acuerdo y trabajan en conjunto. Las estimaciones de tiempo más optimistas de puesta en vigencia de esta posible ley señalan a mediados de año como fecha probable.

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